30.5.11

La historia de Edgar Vladimir London


Quiero que conozcáis a mis peques, de modo que os voy a contar su historia y a daros detalles sobre ellos.

Mi nene mayor es Edgar. Voy a contároslo con todas las cosas que he ido averiguando sobre ellos, tales como su origen, que cuando los encontré no sabía.



Al ser el mayor ya tiene edad para beber


BIOGRAFÍA

Edgar nació el 7 de Marzo de 2009 en una casa acomodada de un barrio adinerado de Sevilla. Me imagino que fue un gatito feliz y que todo le iba bien en principio. Tenía varios hermanitos, todos de color negro como él. Al principio iban regalando a los gatitos de la gata de la casa, pero llegó un momento en el que nadie los quería. De modo que la familia tomó la decisión de poner a los gatitos que quedaban en la calle. Y Edgar se vio arrancado de su hogar, sin su madre y, acostumbrado a tener una casa grande y bonita para él dio de bruces en las calles, donde hacía frío y escaseaba la comida. Era un otoño frío.

Un 3 de Noviembre de 2009 -me acuerdo bien- iba a clase. Debían ser cerca de las 6 de la tarde. Iba con los auriculares puestos, escuchando música y metida en mi mundo. Pasé al lado de una casa que tenía unos arbustos a modo de valla cercándola y me pareció ver un bulto negro por el rabillo del ojo. Me paré en seco y volví dos pasos atrás. Un gato negro emergió de entre los arbustos y me dijo con cara de asustado: ¡Meow!



Con una cara parecida, sólo que en esta foto
le está echando un cuento que no veas...
"Si yo soy muy bueeeno..."


Por aquel entonces yo no sabía nada de jerga gatuna. Le acerqué la mano despacio al hocico y dejé que la olisqueara. Tenía el corazón a 100 y estaba esperando el arañazo de turno, un arañazo que nunca llegó -entonces no sabía que había sido un gato pijo y bien educado, descubrí de dónde venía más tarde-. El gato me olisqueó y dejó que le acariciara la cabeza. Me agaché en la acera y el gato salió de los arbustos y se puso a mi lado, en la acera. ¡Meow! ... el pobre gato tenía hambre. Me levanté y empecé a llamarlo. El gato me seguía. A veces pasaban coches y él les tenía mucho miedo, por poco no se mete debajo de un coche que estaba aparcado. Pero yo lo sujeté con cuidado, a pesar del miedo que tenía a que me arañara, porque aún me parecía peor la perspectiva de que lo atropellara un coche. Lo cogí como pude -ahora me río... lo cogía con las dos manos mientras estiraba los brazos todo lo que podía por si se ponía revoltoso y me azuzaba un zarpazo- y lo llevé a mi casa. Él no se opuso en ningún momento. Había llamado a H.H. para anunciarle la presencia del gatito en casa y él, por suerte, no había puesto reparos. Le di de comer y de beber y le dejé un cojín para que luego se echara, donde permaneció largo rato.

Así era Edgar.






Estuvo 2 días reventado casi sin levantarse del cojín. A saber cuánto tiempo había permanecido en la calle. Lo llevé al veterinario. No tenía chip y parecía estar sano, lo cual fue una alegría.

Han pasado ya dos años y dos meses desde entonces. Edgar y yo hemos tenido una relación especial desde el principio. Parece que me agradece el haberlo sacado de la calle.

H.H. no había tenido gato y yo tampoco, así que tuvimos que pasar una experiencia de adaptación gato-humano.

Edgar siempre ha sido un gato limpio. Utiliza meticulosamente la cajita de arena, tapándolo todo muy bien. Tiene una naturaleza muy noble y un gran corazón. Ha acogido y mimado a todos los gatos que han aparecido por mi casa desde el principio. Nunca ha tenido malos modos -salvo con los perros- ni un arañazo, ni un mordisco, ni un bufido...

No le importa que otras personas lo acaricien, pero desde luego no se desvive como sí hace con H.H. y conmigo. No es que sea un gato sociable, pero tampoco es que sea un antisocial. Le gusta saber quién entra y quien sale en SU HOGAR, ya que es él el que lleva los pantalones en casa.

Tiene un maullido característico, melodioso y a veces muy profundo. Un "Meow" en todas condiciones.

Es tranquilo, le gusta dormir y que le acaricien la tripita. No le gusta el atún y odia el agua.



Para comérselo...


Le gusta dormir a mi lado. A veces, cuando me he dormido en el sofá se viene conmigo. Y en la cama me suele buscar. Tiene un ronroneo muy suavito y agradable. Le gusta jugar, sobretodo con el puntero láser. Es un excelente cazador, muy metódico y calculador.

Si quiere que le abras no tiene problemas en rascar la puerta. A veces se "pelea" con sus hermanos, sobretodo con Darwin. Lo coge y le muerde el cuello para inmovilizarlo. Lo ha hecho desde que era Darwin pequeño, nunca he entendido el por qué, porque luego lo quiere un montón y lo lame hasta en el cielo de la boca. Será que quien bien te quiere te hará llorar...

Odia el baño con todas sus fuerzas y los viajes en coche. Lo estresan muchísimo porque él adora la rutina y la tranquilidad. En la veterinaria no da problemas, lo que le molesta es el trayecto hasta la clínica.

Tiene el pelo semilargo. Lo heredó de su papá gato, al igual que sus ojos de un verde precioso.


A veces tengo que usar el flash
porque al ser de color negro se traga toda la luz.


Al catnip no le hace ni caso. Está esterilizado. Le gusta hablar con los gatos del barrio desde la terraza y observar la calle desde ella, pero jamás ha hecho amago de tirarse. Es un melancólico. Le encantan los pájaros, si fuera por él ya me habría traído unos cuantos cadáveres. Le gusta la música de Leonard Cohen, sobretodo la de Famous Blue Raincoat que es la que yo me pongo en momentos nostálgicos.



Pillado a traición


Es un gato muy inteligente y sabe abrir ventanas y puertas de armario. Si tuviera pulgares abriría hasta las puertas. porque sabe cómo se hace, sólo que le hacen falta los medios. Tiene mucho orgullo. Si te estás riendo de él -más bien de las cosas que hace, que a veces tiene cosas de pirado, como perseguir cosas invisibles por el pasillo- lo capta enseguida y entonces echa las orejas para atrás y te da la espalda, y por mucho que lo llames te ignora hasta que Su Majestad decida volver a hacerte caso. Es celosillo. Si le hago cualquier monería a Darwin o a Fiodor, viene él enseguida haciéndose el mono para que le haga cariñitos a él también. Se quita los collares en un abrir y cerrar de ojos. No le gustan los cascabeles, los muerde hasta que dejan de sonar. No le gusta que le hagan fotos. De hecho, a mi pesar tengo muy pocas fotos de él porque o no salen bien o Edgar se va corriendo.


Típico gesto de Edgar de quitarme la cara
en cuanto le apunto con la cámara.

Él es mi amante gato y yo su amante humana. Y no hay ser viviente en el mundo que pueda cambiar eso.

3 comentarios:

Efi (la gata naturalista) dijo...

Edgar, me has encantado!
Saluudos!

Molli y Kimi dijo...

Edgar es un encanto!!! yo tambien encontre en la calle a Molli y a Kimi, pero ellos eran muy chiquitines Molli solo tenia un par de dias y kimi unos 2 meses.

Referente a la comida yo les doy desde peques Pienso seco Royal Canin y luego unos sobres de comida humeda de la misma marca, cad dia reparto un sobre para los dos. Lo que pasa es que se estan aburriendo de la comida humeda y por eso es que me apetece comprar otras marcas para cambiar, aunque creo que no tendan exito.
Y como premio les doy barritas de lasa mmarca vitakraft y de snaks los temptations.
Y si alguna vez he comprado las barritas de mercadona y tambien les gustan.

Gracias por pasar por nuestro blog, ya os tenemos fichados.
Besitos
Marga

Gris dijo...

Ese Edgar! que bueno! leyendo esto me han entrado unas ganas locas de adoptar un hermanito para Lupe pero..Pablo no es tan comprensivo ni amante de los animales como parece H.H.

ah, y yo soy novata con los gatos también! así que se aceptan consejos!