13.6.11

Pensamientos en voz alta

Si hay algo que comparto con las madres humanas es que nunca he tenido la oportunidad de elegir a mis gatos. No es que considere que sea algo realmente importante, pero sí que creo que te aporta un mayor control sobre las situaciones diarias y bueno, siempre ilusiona eso de ir mirando a qué gatito te llevarás en las páginas de las protectoras. Yo miro varias de ellas casi todos los días y eso que sé que no puedo meter ni un gato más en casa.

A mí siempre me gustaron los gatos negros y aún más cuando me enteré que eran los gatos menos queridos por las personas debido a su color. De pequeña decía que iba a tener un montón de gatos negros en mi casa y que si me llamaban bruja, el problema era de los demás. Por eso me hizo mucha gracia cuando Edgar me eligió, porque casualmente era de color negro -si hubiera sido siamés, romano, manchado, a rayas... lo hubiera acogido igual, pero casualmente era negro-. Edgar nos enseñó muchas cosas que a dos gatunos primerizos como nosotros nos dejaba boquiabiertos. Recuerdo, por ejemplo, la primera vez que Edgar usó la cajita de arena, dejándolo todo bien tapadito después. HH se quedó patidifuso cuando lo vio y lo reconoció como "mente superior". Recuerdo aquellas tardes en las que me quedaba sola en casa, a veces triste, a veces aburrida y Edgar se sentaba a mi lado a hacerme compañía. O aquellas en las que él se ponía a mirar a los pájaros que pasaban por la ventana y "les hablaba". Realmente Edgar me enseñó mucho y, desde luego estoy convencida de que si hubiera elegido un gato en cualquier protectora, no habría sido tan genial como él.

Edgar se aburría de lo lindo en casa cuando no estábamos y de vez en cuando me venía a la mente la idea de tener otro gato. Nuestra economía era bastante escasa y HH me lo recordaba cada vez que le proponía tener otro gato. Pensaba por aquel entonces en tener otro gato negro, por aquello de seguir con la tradición.

Sin embargo, llegó Darwin. Darwin, como ya expliqué, es el típico gato que nadie elige de primeras. No tenía la encantadora forma de ser de Edgar y no estaba convencida de que llegara a comportarse de una forma "normal" por mucho que pasara el tiempo. También decir que los gatos naranjas me han parecido siempre demasiado "perfectos", tanto es así que los usan en publicidad, como los de la marca Friskies. Estuvimos pensando en darlo porque no sabíamos si íbamos a poder con dos gatos y porque no teníamos ni idea de cómo educar a aquella pequeña fiera. Sin embargo cambiamos de parecer cuando vimos cómo Edgar lo cuidaba y cómo Darwin se dejaba cuidar. Tal vez aquel enano naranja nunca iba a tener una gran relación con nosotros, pero la tenía con Edgar y nos parecía una crueldad separar a aquellos dos, sobretodo después de lo mal que lo había pasado Darwin. También vimos cómo la gente se deshacía en halagos con Edgar, pero a Darwin nadie le hacía caso. Supimos de todas todas que si nosotros no cuidábamos a aquel enano, no lo iba a hacer nadie porque la gente no suele querer a los gatos "problemáticos". Nos armamos de cariño y paciencia y nos responsabilizamos de él, novatos como éramos y sin un duro en los bolsillos. Muy poco a poco, Darwin empezó a tener signos de mejoría. No era cariñoso como Edgar, pero ya no intentaba arañarnos ni mordernos, ya no nos bufaba. Empecé a tener la esperanza de que continuara progresando y así fue. No niego que hubo momentos de desesperación, sobretodo durante el período de antes del primer celo de Darwin. Volvió a no dejar que lo cogiéramos, nos huía, nos bufaba, se peleaba con Edgar... a punto estuvimos de darlo por imposible, de reconocer que Darwin nunca podría superar lo que había vivido de pequeño. Pero aguantamos y antes de tener el primer celo, mejoró. Yo redoblaba mis esfuerzos, trataba de cogerlo en brazos o de acercarme a él y le hablaba con una voz suave que no sabía muy bien si él entendería. Después, al tener el celo, se puso muy nervioso y lo llevamos a esterilizar cuanto antes, después de lo cual, se estabilizó. Llevamos ya un año con él y creo que ha merecido la pena vencer todos los prejuicios, todos los malos momentos, la desesperanza. Con Darwin nunca ha sido fácil, pero él ha respondido a nuestros cuidados mejor de lo que esperábamos. Y desde luego nos ha recordado el don de la paciencia.

Alguna que otra vez bromeé sobre que teníamos un gato negro, otro "castaño" y que nos faltaba el blanco. Pues dicho y hecho, apareció Fiodor. Aquí ya sí que me aterré. Primero porque era muy pequeño, sus hermanitos habían muerto y encima era albino con ojos azules. Una probabilidad de morir muy alta y también de ser sordo. Y nosotros éramos primerizos con gatos tan pequeños, porque Edgar había llegado con 6 meses y Darwin con 3, no era lo mismo que un gato de 3 semanas medio transparente y esquelético. Pues nada, paciencia. Calorcito, muchos mimos, comida adaptada para enanos y los cuidados de Edgar. Y Fiodor salió adelante. A pesar de tener un 80% de probabilidades de ser sordo, escucha perfectamente. Otro miedo que tengo es que le dé cáncer si le da demasiado el sol. Afortunadamente no le gusta salir a tomarlo y yo por si acaso tengo un bote de loción solar expresamente para él. Tampoco es fácil de tratar, con todo lo dependiente que ha sido de nosotros, así que confío que tras la castración... sonará fatal, pero tengo unas ganas de llevarlo a castrar y que se le quiten las tonterías...

Pero a todo esto, yo venía "quejándome" de que no he podido elegir a mis gatos, que me han venido más o menos "impuestos". Por ejemplo, me hubiera gustado tener algún gato negro más. También me hubiera gustado tener alguna hembra, que los 3 me han salido machos. Me encantaría tener una gata tricolor. Y un gato o gata carey, que tampoco les suele gustar a la gente y a mí me fascinan. No me importaría tener un gato cojo o tuerto. Aunque ahora no cambio ni a Fiodor ni a Darwin por nada del mundo, me gustaría que tuvieran carácteres más dulces para con nosotros. Me gustaría "elegir" algún gato alguna vez, para ver cómo es la experiencia. Eso de llevarte a casa un gato que ya sepas más o menos cómo es, con muchos de los posibles problemas calculados y sin llevarte sorpresas, tiene que ser más tranquilizador que los tres sustos que me he llevado yo con los míos. Sin embargo no sé hasta qué punto llegará a ser viable, porque yo veo un gato mal en la calle y si puedo lo cojo, aunque sea en acogida, y los gatos en acogida tienen un pequeño porcentaje de probabilidad de quedarse en casa... así que es muy posible que yo nunca pueda elegir un gato. Lo mío parece que son los gatos de azar, que por cualquier motivo se cruzan en mi camino sin que pueda ir yo a buscarlos, lo cual da una sensación de vulnerabilidad curiosa.
También me gustaría adoptar en una protectora por aquello de saber que estás salvando a dos gatos -el que te llevas y el que entra en su lugar- y no sólo a uno. Y no sé, me gustaría vivirlo, aunque sé que una cosa así queda bastante lejos. Además, eso de mirar a un gato todos los días en la web sabiendo que tarde o temprano irá a tu casa... no es lo mismo que no saber en qué momento te llegará un gato. Y aunque siga aceptando a gatos "azarosos" -eso se da por supuesto- quisiera tener en algún momento control sobre la situación...

He desvariado más de lo que me gustaría. Lo siento. Esto de estar rodeada de gatos y de pensamientos raros siempre me sitúa en el borde de lo normal y lo patológico. ¿Cómo lo veis vosotros este asunto? Sé que algunos tenéis gatos "elegidos" y otros gatos "sin elección" -suena a condenatorio ¿verdad?-, o incluso de los dos tipos, por eso me gusta ver vuestras distintas posturas y cómo lo vivís cada uno. Por eso ando como una loca, siempre pendiente de si habéis actualizado.

(Por cierto, a HH parece que le han terminado gustando más los gatos después de estos años compartidos con ellos... mujajajajajaja).

7 comentarios:

Eva dijo...

Nosotros tenemos uno de cada: el primero, Ikatz, nos eligió él y nosotros elegimos al segundo, Casper. Y aunque te suene raro, prefiero con mucho que sea el gato quien me elija a mí. Ir a las protectoras y ver gatos y tener que decidir con cuál nos íbamos a quedar me hizo sentir fatal, no podía quitarme de la cabeza la sensación de que estaba siendo una egoísta, de que iba a elegir un gato bonito frente a otro con problemas y me preguntaba qué derecho tenía a decidir qué gato merecía vivir bien en casa y qué gato merecía seguir en la protectora. Fue difícil y no me gustó nada. Menos mal que ellos son tan maravillosos y tan listos que lo compensan todo, todo, todo... :-)

Elvira dijo...

La cosa es que no sabes cuándo te va a elegir un gato. Es más, que te elija así como así en plena calle es bastante raro.

Yo tengo predilección por los gatos más desgraciados y los que nadie quiere: los de color negro, los carey, los que tienen algún problema físico... antes de llevarme cualquier gato analizaría cuáles tienen más probabilidad de seguir esperando y me llevaría esos probablemente. Es cierto que puede dejarte una sensación de ser un poco injusta, de decir "tú sí y tú no"... pero... creo que ahí se juntan un poco las cosas: si pones a los gatos "problemáticos" los primeros para elegir y después eliges el que piensas que será más feliz contigo por su carácter... es un adelanto en lugar de tener de pronto "un gato a ciegas". Y es que a veces pueden llegarte gatos que no sabes cómo tratar y aunque pongas todo tu empeño en su adaptación no tienen por qué responderte bien... por eso yo sigo un poco con la duda, la verdad.

Desde luego tú has tenido suerte con ambos por lo que leo, así que me alegra verte tan contenta con ambos. Y sigo esperando que actualices (8) jeje. Un beso, Eva.

Melito dijo...

Arf se puedeeeeeeeeeee?
Pues mi anterior hermana gatuna Nina fué elegida por mami al ser la más espavilada de sus hermanos (rescatada de una camada que tenia una mujer de un bar,de no haber sido así fijo que acababa debajo de las ruedas de un coche...).Tenía un malaje que ni te cuento,a mi no me acepto nunca y me atacó y todo.Ahora esta en el cielo de los gatos...
Melito mi nuevo tete,(Meliteitor para mami)más bien fue elegido por la mami Leo (tiene un refugio de caballos,donde todo animal tiene cabida); le dijo a mami que era un bendito (y así es,pero más bruto que un arao).Y yo aguantando carros y carretas jeje.
Dice mami que tienes unos nenes muy guapos y que entiende ese sentimiento de querer que sean más "sobables" ;).
Lametones y ronroneos!

Elvira dijo...

Muy buenas Dark, eres el primer can que me sigue. Me alegra que haya personas como tu mami que hayan conseguido tener un hogar mixto -gatos y perros, se entiende-. Yo no puedo ni soñarlo. Quiero daros a todos la bienvenida al blog. Y gracias por los cumplidos a mis nenes.

Nosotros sólo podemos enviaros maullidos y muchos saludos, pero lo hacemos encantados.

fidel dijo...

Pues es curioso como en pleno siglo 21 haya gente con reminiscencias medievales con esas ideas anacronicas sobre los gatos negros,para mi son mis favoritos ,siempre me ha cautivado esa mirada insondable y misteriosa que aunado a su semejanza con una panterita a la que puedes acariciar y mimar es fascinante.
Darwin es precioso y el robacamara Fiodor en este caso es mi consentido sin menoscabo de los demas.Te comento que tengo un periquito ,que era el compañero de Tino,fue salvado de las zarpitas de Sparki el gato de la panaderia contigua al edificio que estaba jugando con el aterrorizado pichon , posiblemente se habia caido de un arbol cercano y no sabia volar,se llama Salvi,en recuerdo del salvamento oportuno por parte de mi señora que observo el jueguito y bajo a rescatarlo.Estos periquitos no aprenden palabras pero imitan sonidos,con Katino despues de la curiosidad inicial se llevaban bien,Tino le soltaba miiiaaauu asi de bajito ,nunca maullo como gato adulto que era y Vito se lanzaba en una de canto al estilo canario ,jilguero o cosa parecida en un volumen que se oia en todo el edificio.Despues de la muerte de mi gatito no ha vuelto a esos canticos estilo Placido Domingo.Seguramente extraña a Tino tanto como yo.Ronnnroneos para los cuatro.

Kira dijo...

Yo nunca he tenido ocasión de elegir, todos los animales que tengo o he tenido sencillamente se cruzaron por mi vida y se quedaron, con unos hubo más suerte con otros menos, pero al fin y al cabo los quiero a todos. Creo que sería incapaz de elegir si alguna vez me viera en la situación.
Como casa de acogida también tengo que decir que no me gusta la gente que va a ver animales como el que va a ver bolsos, no lo soporto, esa actitud de "voy a ver más y si no encuentro otro más bonito y chiquitito igual me llevo el tuyo" o los que se comprometen a adoptar y luego pasan porque ven otro gatito o perro más mono. Es una actitud muy superficial y una forma de ver a los animales como mercancía que podemos "elegir". Lo que si me parece bien es la gente que viene a conocer a los animales para informarse de si su carácter es compatible con su forma de vida y adoptar al que encaje en su familia.

Efi (la gata naturalista) dijo...

Efi,oseo yo, fuí más o menos elegida. A la primera persona que vi en mi vida fue a mi madre Luisa,tenía 27 días. Con 33 me adoptaron. Me han tratado con un amor absoluto.He sido y soy "rabiosa", hasta he tenido episódios de agresividad. Tengo un carárter pésimo, como si me hubieran tratado a patadas. ¡Genética supongo!
Carlitos nos eligió a todos y es un encanto de gatito, mimoso y bueno, todo dulzura. Aunque aún le quedan algunos miedos que superar.
Es muy difícil eso de ser dios y elegir al gatito que te llevas.
Saluudos!