Por más que lo he intentado, Edgar y la tropa no tragan a Nina. Tengo que tenerlos en cuartos separados y dejar que se vean desde lejos porque si no...
Edgar tiene un pequeño trauma con los perros y le cuesta horrores tolerarlos. Antes era un poco menos intransigente, pero creo que al ser ya un gato adulto de todas todas se ha vuelto más cascarrabias y no hay forma de que se acerque de forma amistosa a Nina. Por supuesto, al ser el gato que más poder tiene en la jerarquía de mi casa, si él no se acerca los demás tampoco.
Tengo que ir alternando a unos y a otros en distintas habitaciones, porque si los suelto por la casa al tuntún se lía la mundial.
Al menos están medio conformes con quedarse en una de las habitaciones, que es la que menos explorada tenían porque la utilizábamos para guardar "muebles delicados" y así tener sillones y demás a salvo de las uñas de los peques. Pero claro, tratando siempre que también salgan de la habitación porque al fin y al cabo es su casa y Nina sólo una invitada.
No me gusta provocar estrés a mis enanos y aunque sé que he hecho bien recogiendo a Nina de la perrera -tenía una fecha de sacrificio próxima- creo que no volveré a meter a ningún perro en casa.
Tener perros y gatos es inviable, al menos para mí. La verdad es que es una pena, porque Nina es una perrita muy buena, pero qué le vamos a hacer...
Por cierto, actualizo con fotillos de Nina:
(Aquí estaba Edgar detrás de la puerta y Nina muy atenta)
¿Puedo salir? ¿Puedo, puedo, puedo?
¡Pero si a mí me gustan los gatos!
¡Díselo al tonto ese!
Pues sí, a Nina los gatos no le dan problema. Adora a los niños y le encanta jugar. ¿No quieres llevártela a casa? Es un cielo de cachorrita y está esperando un buen adoptante :)
Si quieres ser su familia, contacta con la asociación cordobesa de Montilla Dejan Huella. Se entrega vacunada, desparasitada, esterilizada, con chip y con contrato de adopción.
¡Los amigos no se compran!
4 comentarios:
Vaya, ojalá que encuentre familia pronto.
En nuestra casa sería imposible tener un perro, ni siquiera acepto a Carlitos y ya hace años que "se me pegó".
suerte y saluudos!
Pobre Nina... igual es cuestión de tiempo que los otros la acepten, no? A mí me está constando horrores la integración entre gatos, no se qué pasaría con un perro..aunque la verdad es que tampoco tengo ganas de probarlo, bastante lío está siendo ya!!
Eso pensaba yo, Gema, que era cuestión de tiempo, pero...
Con gatos es distinto, porque tarde o temprano se aceptan. Pero con los perros no pasa necesariamente así. Yo creo que Edgar jamás se llevará bien con los perros. Creo que le pasó de pequeño algo con un perro y la verdad es que no los aguanta. Yo he intentado hacer lo posible, pero esta es la segunda perrita que tenemos acogida y Edgar si puede le atiza un zarpazo -obviamente no lo hemos dejado-.
Sólo espero que a Nina la adopten pronto.
Opino que hicistes lo que tu corazon te dijo que hicieras,claro con gatos adultos es mas dificil la tolerancia.Mi hija tiene dos perros y una gata y se llevan de maravilla,estan acostumbrados a convivir desde pequeñines.Hojala consigas quien la adopte,antes de que empeoren las relaciones.
Gracias por pasar por mi blog,BIENVENIDA,como habras apreciado estoy fuera de forma escribiendo y es que firmando memorandos,no hay que usar muchas puntuaciones gramaticales.Pero "Cometer un error y no corregirlo es otro error".
El señor al que aludo en el relato,es una prueba viviente de que si habemos hombres que nos gustan los gatos.Cariños gatunos a los nenes y un saludo especial y perruno a Nina.
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