1.12.11

Estoycomounalocomotora etc. Oreo (III)

Oreíto, Oreíto...

Como os conté, estaba molestando a todo el mundo y especialmente a Fiodor y a Elaine. Manotazos, gruñidos y peleas. Menuda fiera.

Una vez que Elaine no estaba en nuestra casa, la llevamos a esterilizar. Pues bien, después de la operación, nada más llegar a casa, Oreo se siguió comportando con normalidad, es decir: corriendo, saltando, volviéndose loca... como si la cosa no fuera con ella, como si hubieran operado a otra gata.

El caso es que jugando y jugando... se cargó dos de las capas de puntos que le había puesto la veterinaria. Al cicatrizar rápido no se le abrió la tripa ni nada por el estilo, pero por dentro no estaba cerrada. Corriendo a la veterinaria.

Allí la volvió a abrir, la volvió a coser... y nos dijo que siguiéramos dándole la medicación, antibiótico y antiinflamatorio.
Como os podéis imaginar, darle la medicación a una gata con el carácter de un escorpión arrinconado no fue fácil. Arañazos en las manos de HH lo confirman.
Pero lo peor fue tener que darle de comer a Edgar por separado, a Oreo por separado y a Darwin y Fiodor por separado. Edgar quería comerse la comida de los demás, los demás querían comerse la comida de Oreo y Oreo quería comerse la comida de Edgar. De modo que teníamos que darles de comer en cuartos separados. Eso significaba que si estabas en una habitación con uno de los gatos, tenías a los otros esperándote en la puerta. Incluso aunque les diéramos de comer a todos a la vez para tenerlos entretenidos, cada uno rechazaba su comida para tratar de escabullirse en la habitación donde estaba el pienso deseado. El horror -sobretodo a las 7 de la mañana, cuando abres la puerta del cuarto y 3 gatos hambrientos se escabullen entre tus piernas, casi tirándote, para ir a por el pienso de Oreo, que estaba en nuestra habitación-.

El mayor problema era Edgar, porque si comía un pienso que no era el suyo... a vomitar.

Pero bueno. El caso es que Oreo ha sido más prudente esta vez -y la veterinaria le ha triplicado la protección, haciéndole varios cosidos, ejem-. Y aunque guerrea para no tomarse las medicinas, está mucho mejor.

De hecho, desde que Elaine no está en casa, Oreo ha dulcificado su carácter: no ataca a los demás, no se pelea por la comida, no responde con malos modos -casi nunca- cuando la acaricias... Se ha quedado mucho más tranquila y los demás también. Fiodor ya no corre por la casa despavorido con una Oreo enfurecida detrás. Y se nota.

Mañana vamos a quitarle los puntos y esperamos que todo ande bien.

Tengo un par de post preparados, así que me imagino que actualizaré en breve.

Saludos.

4 comentarios:

Gema dijo...

Argh! Qué brutita, Oreo!! Cuando he leído que se le abrieron los puntos se me ha puesto toda la piel de gallina con escalofrío incluído...
Y lo de unos queriendo comerse la comida de otros lo veo tooodos los días... qué cabezones son, eh??
Me alegro de que Oreo esté más contenta, seguro que está pensando "ya me podiais haber librado de la petarda esa mucho antes!!"

Thais80 dijo...

Cuando esterilizaron a mi gata, la tía también se quitó varios puntos y digo "quitó" porque no fue jugando ni accidentalmente, no... A pesar del collar isabelino se las ingenió para hacer contorsionismo y sacárselos uno a uno... Con lo que, igual que tú, corriendo a urgencias antes de que aquello fuera una carnicería...
Gatos... (pero qué aburrida sería la vida sin ellos...)

Gris dijo...

ufff como lupe dando guerra en el veterinario eh? aunque me gusta ver que oreo se ha calmado un poco desde que se fue Elaine, ahora a tener fe en que vaya a mejor!

Efi (la gata naturalista) dijo...

Qué fierecilla nos ha salido la peque!
Saluudos!
espero que Edgar ya esté bien